Hoy se celebra el 50 aniversario del Día Mundial del Medio Ambiente con el foco puesto en la contaminación por plásticos.
Según el informe de 2021 de la UNEP Ahogándose en plásticos: Basura marina y desechos plásticos, más de 400 millones de toneladas de plástico se producen en el mundo cada año, de los cuales la mitad son plásticos de un solo uso.
De esta ingente cantidad de plásticos que producimos, se estima que cada año, aprox 20 Ton. de residuos plásticos terminan en nuestros mares, océanos, lagos y ríos.
Nuestros ecosistemas acuáticos están ante una emergencia que afecta también a las economías de los países provocando pérdidas millonarias debido a la degradación de la fauna y la flora acuáticas y a la salud de las personas que ingieren e inhalan estos contaminantes en forma de microplásticos.
La Comisión Europea, en un intento por abordar este problema global, adoptó en 2018 una estrategia de mejora de gestión que proponía que para 2030 todos los envases de plástico fueran reciclables y que se redujese el consumo de plásticos de un solo uso y los microplásticos.
Además, el pasado mes de mayo, la ONU lanzó una hoja de ruta para detener esta tendencia y poner solución al problema en su informe Cerrar el grifo: Cómo el mundo puede poner fin a la contaminación por plásticos y crear una economía circular.
La solución es el cambio hacia una economía circular que podría reducir el volumen de los plásticos que llegan a nuestros océanos en más de un 80% para 2040. Reducir la producción de plástico virgen en un 55%, ahorrar a los gobiernos 70.000 millones de dólares para 2040, reducir los gases de efecto invernadero en un 25% y crear 700.000 puestos de trabajo.
Las personas, las familias y las empresas tenemos interiorizado el concepto de las tres R’s y la necesidad de adoptar una transición a una economía circular. Los gobiernos deben seguir trabajando en normativas que lo favorezcan. Creando más empleos en el área de reciclaje, ayudando a empresas emergentes que proponen alternativas de uso, apoyando proyectos de I+D+i y también por supuesto se debe seguir trabajando proporcionando a los ciudadanos agua potable de calidad y cantidad suficientes para impulsar el consumo de agua del grifo en detrimento del agua embotellada.
De forma paralela se debe seguir trabajando en la gestión eficiente del agua en los principales sectores de consumo como son el sector agrícola e industrial, modernizando los sistemas de riego, reutilizando y reciclando el agua de proceso para disminuir el uso de recursos y apostando por la depuración y la desalación.
El cambio empieza desde dentro, y somos las propias empresas las que debemos ir cambiando nuestras tendencias hacia este consumo sostenible. Por lo pronto, y desde nuestros procesos, estamos controlando los Kg de plástico que consumimos en nuestra cadena de suministro, así como estar inmersos en un proyecto que transformará nuestro empaquetamiento, apostando por el cartón, sus derivados y reciclados, evitando así los plásticos de un solo uso; o nuestro proyecto de transformación hacia un consumo mayoritario de energía solar, instalando y adecuando paneles solares en nuestra planta de producción.
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